Os dejo mi columna publicada hoy en El Periódico Extremadura. Son unas reflexiones en voz alta, mejor dicho, en voz gráfica.
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Cáceres
¿Año nuevo vida nueva?
ROSA López 11/01/2015
El final de un
año y el comienzo de otro lo festejamos como si de un acontecimiento apoteósico
se tratara, sin darnos cuenta de que el día 31 es idéntico al 1, porque los
días son un continuo infinito en el devenir del mundo, el año es algo
artificioso pero nos aferramos a ese hipotético cambio como los del Titánic a
una tabla que flotara en la mar helada. A comienzos de cada año cada cual se
hace sus buenos propósitos: adelgazar, dejar de fumar, ser mejor, dejar de
beber o esnifar, estudiar más... por no decir los deseos inconfesables que cada
cual guarda en lo más recóndito de su ser. ¿Y todo para qué? Para que al llegar
el 31 de diciembre de 2015 comprobemos que el 90% de nuestras promesas no se
han cumplido. Claro que hay que mirar la vida con optimismo y preguntarnos: ¿Y
qué? No pasa nada. Lo normal en la vida no es que nos ajustemos a un patrón
sino que se nos brinden nuevas metas, nuevos proyectos que tomamos y que nada
tienen que ver con nuestras propuestas del año nuevo. Mientras hayas vivido
feliz, mientras hayas crecido como persona y satisfecho algunas de tus metas,
no debes preocuparte. A veces nos empecinamos con conseguir asuntos
inalcanzables y ahí viene la desilusión si no se logra. En cambio, la vida nos
brinda mil y una oportunidades que no soñábamos y solo debemos poner los medios
y la voluntad. Pero ¡ojo! Nada se nos da gratis, nada nos cae del cielo. Cuanto
consigamos se deberá a nuestro tesón y esfuerzo. En eso consiste la suerte, en
no rendirse jamás si deseas conseguir una meta. Y en pensar que no debemos
obcecarnos en entrar por determinada puerta cuando hay multitud de postigos
esperando a que los abramos. En definitiva, con toda esta palabrería quiero
decir que lo más importante es tener fe en sí mismo y confiar en que, si nos
proponemos algo y ponemos los medios, no habrá nada que se nos resista. Lo que
no podemos hacer es sentarnos a esperar que nos caiga el maná del cielo.
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