Un
año más las Ferias del Libro brotan en Extremadura al llegar la primavera. Los
paseos o plazas de Cáceres, Badajoz, Trujillo, Plasencia, Mérida, Almendralejo,
Navalmoral… se llenan de casetas, carpas y libros, sueños, ilusiones, textos
que flotan en el ambiente. Y gentes que acuden a las presentaciones y buscan la
firma que el autor con alma de niño, de bruja o de monstruo y corazón de tinta, plasmará en su libro. Y lo conservarán como
una reliquia.
Los
libros son las flores más valiosas, aquello que perdurará a pesar de modas o
ideas, que te acompañan siempre, te
alegran, informan, conmueven, transmiten belleza y ─lo más importante─, con
estas Ferias se trata de remover los sentimientos de las personas y la voluntad
de los jóvenes que son nuestro futuro. El día que una carpa esté llena de gente
joven, ese día habrá triunfado la cultura.
Porque
la lectura forma críticos, gentes disconformes que piensan por sí mismos, que
estarán de acuerdo o no con lo que leen, y emiten sus propias respuestas. Pero
nunca un libro nos dejará indiferentes.
Todos
los años me propongo escribir un artículo sobre las Ferias del Libro y todos
los años desisto de hacerlo. Me digo ¿ Y para qué?
Aunque
quizá debamos ser valientes y dar nuestra opinión sobre aquello que no nos
gusta o vemos negativo en estos eventos que proliferan en muestra Comunidad
extremeña.
Se
da el caso verídico de que los libros de autores extremeños que presentan en
las diversas Ferias del Libro están arrinconados, aparcados en estanterías del
fondo, cuando no tapados, mientras aquellos que gozan de más publicidad por ser
gentes que salen en televisión o son autores conocidos, están colocados en
primera fila del mostrador, donde el público los puede ver, tocas, ojear. Los
demás pasan desapercibidos.
Pienso
que es como la pescadilla que se muerde la cola: los autores muy conocidos venden porque sus
libros están en sitio preferente o están en sitio preferente porque venden?
Habría
que preguntarse: ¿queremos promocionar a esos cuatro famosos que distribuyen por toda España o a nuestros
autores extremeños? Sería tan fácil como adoptar medidas promocionales como la
que he apuntado, colocar carteles anunciando su presentación, poniendo sus
nombres visibles, haciendo más publicidad.
Y
bastaría con que se coordinaran los responsables de cada feria con los libreros
que participen y dieran realce a lo nuestro.
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