miércoles, 21 de mayo de 2014

USTED NO PUEDE SER EURODIPUTADO

20 de mayo del 2014 | Por Redacción | Categoría: Destacadas, La Columna, Opinión
Rosa-Maria-López
No estoy en contra de que exista la Unión Europea ni los eurodiputados ni de sus privilegios ni de que cobren 15000 euros mensuales más otras prebendas, ni de que trabajen pocos días al mes; reconozcámoslo: lo que nos da es envidia cochina. Yo, si pudiera, también me apuntaba para el cargo. Y usted, no diga que no. Lo malo es que no podemos. Porque no sale propuesto candidato quién quiere sino quién puede. ¿Y quién puede? Pues el amigo del primo, del cuñado del jefazo o el que, partiendo desde abajo, demuestre obediencia a las disposiciones del partido y, además, es válido, tiene ideas, sin salirse de la raya; entonces puede que le propongan para un cargo más alto como diputado autonómico, nacional, senador, siempre que sea conocido y le caiga bien a los que nombran.
Para eurodiputado la cosa se complica porque, además de que te propongan en los comités locales, provinciales, regionales y lo acepte el nacional, esos puestos están muy cotizados, se los suelen dar ─los puestos de salida, claro─ a nombres conocidos dentro de cada partido, llámese ministros, exministros, miembros de la Ejecutiva nacional, bien para que al ciudadano de a pie su cara le suene, para pagar favores, colocar a señores importantes del panorama nacional, o quitárselos de encima y recolocarlos. Como ve el lector, hay un amplio abanico de supuestos pero, desengáñese, ni usted ni yo estaremos nunca en esas listas.
Una vez celebradas las elecciones de mayo y elegidos los 54 que le corresponden a España, es momento de preguntarse, ¿qué hace un eurodiputado? Quiero creer que se interesan por España, que solicitan ayudas, votan en contra de leyes perjudiciales, y que azules, rojos o verdes, luchan unidos para sacar adelante lo más beneficioso para España y lo defenderán con uñas y dientes. En ese caso, ¿por qué no se manda a los más efectivos, peleones, y más preparados?
España, como país pobre que es, se beneficia mucho de la política parlamentaria europea, aunque, por contrapartida, tenga que perder parte de soberanía. Pero ¡qué lejanos están del pueblo esos ciudadanos a los que votamos cada cinco años para que salgan eurodiputados! Sólo he conocido personalmente a uno, cuando vino a Coria a echar un mitin en unas elecciones autonómicas. Claro que al pueblo sólo se le tiene en cuenta a la hora de votar.
Rosa López Casero

PUBLICADO EL 20-5-14- EN TTN

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