Era una de esas noches en las que el mando de televisión saltaba de canal en canal porque no encontraba nada interesante, los programas lacrimógenos no los soporto, y el fútbol me aburre, excepto cuando son los mundiales y juega España, entonces no me lo pierdo.
Pulsé
la guía para ver la programación de todas las cadenas y elegí la 2. Acababa de
empezar un programa: Alaska & Coronas.
Al parecer, se trataba del primer programa.
Con
la televisión me ocurre como con los libros, a los pocos minutos en el primer
caso y a los pocos capítulos en el segundo, intuyo si va a gustarme o no, si
merece la pena o paso a otra cosa. Este programa es moderno, ágil, entretenido,
con gente interesante, entrevistas sin papeles, ni de la presentadora ni de los
entrevistados, escenario original, un programa sin complejos. Y, para variar,
aparecen dos jóvenes con el torso desnudo como decoración, según palabras de la
presentadora. ¿Y por qué no? Estamos hartos de ver, en cualquier tipo de
programas, azafatas con minifalda o biquini. Alaska es la antítesis de una
presentadora: no es atractiva, es baja, paticorta, culona y con unas tetas
implantadas que van desde el cuello a la cintura. No está gorda, está fondona, Pero se ve que a ella no le
importa y que el talento no tiene que ver con el físico. Si hay buenos
presentadores feos, calvos y barrigudos, ¿por qué no una presentadora gordita? Alaska
es inteligente, amable, intuitiva, brillante, cualidades suficientes que la
avalan para conducir un programa. Ella es el alma de Alaska y Corona, aunque su
compañero, Coronas, lo hace muy bien porque pasa inadvertido, por eso
precisamente. Cuando Frank Sinatra cantaba, parecía que no estaba haciendo
nada, cantaba sin esfuerzo, cuando una actriz borda su papel, nos lo creemos,
de lo natural que resulta. En el siglo XXI no se debe tener en cuenta el físico
de la mujer ni exigirle que esté siempre divina, maquillada, delgada, con
modelo sexy y taconazos, mientras que se es más indulgente con un hombre que
desempeña el mismo cometido.
Lo
importante es la calidad, ¿o no?
PUBLICADO EN EL
PERIÓDICO EXTREMADURA EL 21/2/14
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