Y la llamo la pirámide porque cuesta se me antoja
poca cosa. Me refiero a la antigua cuesta
de enero, cuando la gente –la mayoría− tenía su trabajo y cuando llegaba
diciembre cobraba la paga extraordinaria. Y como recibía −sobre mediados de mes−, lo correspondiente a la última mensualidad
del año más la extraordinaria, tenía para los gastos de turrones, cenas,
regalos de papá Noel y Reyes, pero no recibía ni un euro hasta finales de
enero. De ahí que le costara Dios y ayuda terminar el mes llevando a cuestas
los gastos excepcionales.
Pero desde hace unos
años, como millones de españoles engrosan la lista del paro, no sólo no tienen
para subir la antigua cuesta de enero sino que ahora deben escalar una pirámide
egipcia, la más alta, sin medios muchos de ellos, ni una triste soga para
escalar. Claro que no deben preocuparse porque, si tienen la suerte de obtener
un trabajo precario, verán incrementado su importe en 3 € y pico al mes, o sea,
que tienen de sobra para sacar adelante a la familia. También están los que no
encuentran trabajo pero que, afortunada –o necesariamente− viven de comer la sopa boba
en casa de los padres, que ahora podrán mantenerlos mucho mejor porque su
pensión se ha revalorizado en 0,25 % (1,50 € en una pensión 600).
Como verán, la gente se
queja de vicio. Si protestan, les dirán que ahí están muchas tierras pusías, que no sean escrupulosos y
doblen el lomo. O acepten un trabajo por 300 € al mes, que menos da una piedra.
Es que el obrero se ha vuelto muy exigente, cree tener derecho a una casa, a un
trabajo, a un sueldo, a una educación gratis y de calidad para sus hijos, a una
sanidad digna. ¿De dónde lo va a sacar el Estado? Esta gente obrera no sabe que
el Gobierno debe tapar los agujeros de Bankia, pedir crédito al Banco Central Europeo
para dárselo a los bancos porque los pobres banqueros lo necesitan. Y claro, no
pueden dejar de ganar tantos beneficios ni apretarse el cinturón y dejar de
gozar de sus privilegios y lujos.
No como el obrero que no sabe lo que es eso y
puede conformarse con un plato de sopa salida de la pensión de los abuelos.
ROSA LÓPEZ CASERO
PUBLICADO
EN EL PERIÓDICO DIGITAL TTN EN ENERO 2015